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42 CARTAS DEL BEATO DIEGO JOSE DE CÁD!z dije en pasta, he pensado que sean en papel dorado, ó cosa equivalente, para evitar gastos y no desviarme de mi pobreza santa. Los 750 ejemplares que le corresponden al sujeto de aquí, se ha escrito á Cádiz á ver si los quieren para Indias, y en este caso escribiré al Padre Guardián de Capuchinos para que me los envíe acá con un hermano do– nado. Te lo enviaré para que se le entreguen. Si fuere así, es necesario que vengan inmediatamente á ver si puedo yo llevármelos. Esto resérvalo para ti, pues no veo sea preciso noticiárselo á D. Benito, no sea que tema se le hága perjuicio. Mas si lo dicho no tuviese efecto, no quiere este de– voto que Daza se comisione de su venta, sino tú, así para evitar su tar– danza en ,el despacho como por que la pequerfa gratificación de este tra– bajo sea para tus santos fines. Te supl_ico que luego que se concluya la im– presión me envíes por el correo un ejemplar de la segunda parte con las dos hojas de la fachada de la primera, y que éste sea de los 750 del sujeto de aquí. Los 49 restantes, hasta el pico de estos So, los necesito de pronto para llevármelos conmigo al viaje. Los 700 restantes serán los que vengan por el P. Guardián. Los 100 que tú me das son los que han de irá Madrid, y de este número los 12 de papel dorado. Sentiré que estos 1·Óo sean de los tuyos, porque llevando D. BenÚo la mayor parte es quien me debe dar éstos, ó lo que tú digas, supuesto se le cecje la mayor utilidad. Quisiera· recoger los manuscritos, y si éstos no es muy preciso que queden por allá, te estimaré los recojas todos y me los envíes con los impresos. Dios te dé paciencia para sufrirme. ¡Qué tristes noticias nos vienen de Cádiz! Dios tenga misericordia de nosotros. Terno, como tú, que nuestras rogativas, de mera ceremonia, des– agradan y no obligan. Manda á tu hermano, que lo es de corazón en N ues– tro Señor Jesucristo, Fr. Diego José de Cádiz.. P. D.-Es cierto que tengo pensado el viaje á Galicia y que será á fines; de Septiembre, si acaso no dispone Dios otra cosa. Cuento con tus oracio– nes y las de los tuyos. La respuesta de Daza no vino. Mil cosas á la de Villavicencio. J. .M. y J. Ronda 5 de Septiembre del 94. Amadísimo hermano mío en el Señor de mi mayor veneración: Nada tenemos sobre enviar á Indias esos impresos, porque ninguno se atreve á ello por los peligros de la guerra. Por lo que para salir de los que á ti y á

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