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1790 El contesonario es lo que más lastima la cabeza y la enferma, y ~ste me pareciera á rrií que, avisándolo primero á las personas o almas que tiene á su cargo, ó encargándolas á sujetos de su confianza, lo excusase hasta. tanto que refrescase el tiempo ó convaleciese plenamente ele su padecer. De las consultas digo lo mismo, hablando con la debida proporción; esto es: que sólo alguna extraordinaria particular ó muy urgente admitiese ó despachase. Usted ve que es poco lo que pido, y que apenas hay persona ocu– pada en la carrera de letras y de estas santas tareas que deje de hacerlo a.sí. En todo caso, quiero que si con. mi súplica ó encargo no e.ncuentra us– ted toda la qui'eti.1d interior que para su seguridad y la mía necesita, loco– munique al Prelado ó á algún amigo verdadero como lo es nuestro her– manó el P, L. Ojeda, y se resuel-va á procurar su salud, dedicando algún tiempo á ello, sin escasear los días que para ello sean convenientes. Alabo la bondad de Dios y la protección de María Santísima Nuestra Señora 1 en el prodigio del día 18. ¡Bendito sea su amor para con nosotros! Las tres opiniones que usted me apunta que se han formado sobre el caso las reduzco á una, no duda.ocio que todas son verdaderas. Pero si Su Ma– j~stad cuida de la conservación de la vida de usted, sea por lo que fuere, ¿por qué hemos nosotros de abandonarla? Vamos á ayudarla, y caminare– mos con arreglo á su santísima voluntad 1 , Mucho se ha estrechado el casó de esos señores consabidos: veremos sus resultas. Dios haga que sean en todo conforme á su divino beneplácito. Yo también le escribo á usted largo, para que tenga esto más que sdrir y ,que perdonarme. Esta hago ánimo de remitirla por mano de un religioso nues– tro. .Man_de usted lo que guste, segurísimo de que es suya·mi voluntad. Con ella me repito á su disposición, me encomiendo eficazmente en sus oracio– nes y ruego á Nuestro Señor me guarde su vida muchos años en su santo amor y gracia. B. L. M. de usted¡ su afectísimo hermano que más en Nuestro Señor Jesucristo lo ama, Fr. Diego José de Cádi;;_. r He buscado con grandísimo interés las cartas del P. González al Beato Diego, siendo mi ventura tan menguada que sólo media docena completas y unos retazos he podido encontrar. No hay .,duda que han desaparecido las más de ellas. De las que. conservo, algunas las interca– laré en su debido lugar, otras sería fuera d·e tino porque no tienen hilación con lo contenido en las presentes cartas por faltar muchas, como el menos av'isado puede ver. Esto hará que algunas cosas no se entienda!! bie,i, como acontece precisamente en el as-qnto que da margen á esta nota. ,Colijo que se trata de.u,i milagro'obrado por la Santísima Virgen dando repentinamente la salud al P. González, y éste lo reveló al Bfato Diego. ,

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