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19 J. M. J. Ronda 27 .de Ábril. de 1790. Amadísimo hermano mío P. Francisco González de mi mayor venera– ción: Con la debida recibí la muy apreciable de usted de 6 del corriente, á que por los cuida.dos ocurridos en mi viaje, y lo que se ha ofrecido, no he podido contestarle. Ahora lo hago para darle las debidas gracias por la eficacia con que ha procurado el buen éxito del asunto que le encargué, que, sin duda, ha servido de mucho ó ha dado el todo para lo que se ha adelantado. Dios se lo premie á usted. El medio de escribir á. la señora de Madrid me lo han suplicado los señores de Málaga; pero me he excusado porque no tengo conocimiento alguno, hi aun noticia, y porque ya estoy- escarmentado de semejantes em– peños ó cartas. No sé lo que harán; lo cierto es que, según entiendo, no conviene en _manera alguna se use del otro medio arbitrado por el Sr. Marqués, por los graves males que de él .resultarían. En· el otro pardcular que usted me propone sobre el culto que procura se le dé á Nuestro Señor Sacramentado en su depósito reservado el triduo de la Semana Santa, digo sencillamente que no he tenido proporción de ver los autores rubriquistas, ni al Ritual· Romano; procuraré verlo y de– cirle con seguridad mi sentir. Entretanto le aseguro que, á no tener rúbri– cas ó decreto claro y expreso prohibitivo, los que lo repugnan, parece que suena mal esa contradicción, porque el Santísimo Sacramento es digno de nuestros cultos¡públicos y absolutos en todo tiempo, dondequiera que se halle, mientras qµe con ellos no lo expusiésemos á la irrisión ó al despre– cio de sus enemigos los herejes. Sobre esta infalible verdaq. no puede haber disputa entre católicos, y fundado en ella, no encuentro haya el más leve inconveni·ente en lo que usted hace; y, á suficiente partium enumeratione, puede formarse un ar– gumento insoluble. Las l.uces ó su multitud no son impropias, y aun es práctica entre nosotros los capuchinos, y en muchas iglesias, que ardan cuantas nuestra pobreza nos pevmiten. El adorno de la pieza no lo es; y lo veo en uso en varias partes. El rezar, orar, leer y hacer otros devotos ejercicios, predicar, etc., mucho menos; luego se puede. Se confirma con la reflexión de que .todo eso se puede hacer, y efectivamente se hace, con

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