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APÉNDICE.-LEGADOS »Igualmente hay otros que por tradición se lo dió al Venerable Padre un señor canónigo de Córdoba, cruz de metal y Señor de cobre, asegurándole que con aquel Señor había predicado el Señor san Vicente Ferrer en Córdoba. Igualmetmte seguro pasó de mano de su merced á la mía y ser verdaderamente el mismo, y todo lo demás costará. »Del estandarte de la Congregación, alfombra, retrato del Venerable Padre de la sacristía 1 ; Se obrará en todo esto y demás con las notas que en dicho libro y nota que para esto le tengo puesto. »Al Padre cura la bacía de afeitar del P&dre 2 , y la sobrecama que se dejaba á este señor será para el Padre Carrillo.» cioso crucifijo lo posee hoy en Ronda D." Josefa González. Es el mismo que llevó el célebre mi– sionero en sus largas tareas apostólicas, dejándolo al morirá la Sra. D.ª Teresa Rivera Pizarra en testimonio de gratitud, como asegura su biógrafo y director espiritual el P. Alcqver, en la vida que dejó escrita del Beato. La cruz mide 32 por g centímetros. El crucifijo es de verda– dero mérito artístico. Está dorado á fuego, habiendo desaparecido el oro en ¡gran parte de las piernas, torso y brazos. A continuación ponemos una fototipia para que mejor pueda apreciarse. »La afortunada dueña de tan singular reliquia tiene la bondad de en.tregárnosla apenas lle– gamos á Ronda, y en nuestro poder se conserva mientras permanezcamos en aquella ciudad. Por esla razón, hemos tenido el consuelo y también la confusión de predicar muchas veces con el santo crucifijo en e1 pecho, á u'sanza del gran Apóstol de Andalucía.» 1 Aún está colocado en la sacristía de la Paz el retrato de que hace mérito. Es de buen ta– maño, casi natural. pero muy malo, No lleva firma, y es mejor que no la lleve, pues poca fama habría de ¡¡anar el artista con lienzo tan mal pintado. De haberlo visto el Be-ato seguramente hu– biera repetido aquella décima que compuso en una ocasión que Je presentaron un retrato suyo, tan malo como el que me ocupa. No puedo resistirá la tentadón de copiar la décima, aunque no sea un mod a, que digamos. Allá va: Retrato, quien te pintó no supo lo que se hizo, pues te pintó como quiso, y así, malo te sacó. Dicen que eres otro yo; mas no conozco en qué grado~ si en lo natural, herrado; si eµ lo moral, es error. ¡Tan sólo en lo pecador me vienes como pintado! 2 Sabido es que el P. Cádiz tenía luengas barbas, de modo que la bacía se ha de entender, que no era para afeitarse la cara, sino más bien la cabeza y hacerse la tonsura ó cerquillo cada :'e¡nte dias, á la usanza de los capuchinos, y así está pintacto en todos los retratos de su época.

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