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APÉNDICE.-LEGADOS »Una copita de metal grandecita para la candela. »Tres colchas: una, guarnecida de raso liso blanco y forro de holandilla; otra, guarnecida de tafetán pajizo, con forro de lo mismo, y otra, más servida, con guar- -nición carmesí, y los·dos· pedazos de damasco de las rinconeras, como pertenecien– tes al o_ratorio, según dejó dicho la señora eh sus instrucciones. »Una bomba grande con su peso de plomo.» En la siguiente Instrucción, que de su puño y letra dejó la Sra. Herrera, hay cosas que poco ó nada hacen á mi propósito. Por esta razón las omito, poniendo únicamente lo que tiene relación con el Beato Diego. Está encabezada con las si– guientes palabras: «INSTRUCC!ON PARA EL TESTAMENTO Legados. »La cama del Padre al ccmvento de Cádiz 1 • »Los libros repartidos con igualdad entre los conventos de Ardales, Ubrique y Casares 2 • »A mi Señora de la Paz dos hilos de perlas con una miniatura guarnecida de es– meraldas, que todo deberá colocarse en la corona. »A D. Pedro José de Herrera, mi hermano, vecino del Arahal, el retrato grande del V. P. Cádiz, con la precisa condición que haya de continuar con el mayor auge en la familia 3. »A mi hermana D.ª Ana María de Herrera, vecina de Morón, el vestido de ale– pín y mantiHa que tengo, y á su hija D.ª María de Angulo y Herrera, tres cu• biertos de plata c0n sus cuchillos de cabo del mismo metal de hoja. ':>Otros tres cubiertos y cuchillos á mi sobrina D.ª María del Carmen Angulo y Herrera de la misma especie; es vecina del Puerto de Santa 1'v1aría. »A mi hermana D.ª María del Carmen Herrera, un pañuelo de la fábrica de– Segovia, en Arahal. >>A mi hermana Sor María Magdalena Herrera, en su convento del Arahal, la urna del Niño buen Pastor, lo cual, atendiendo á su delicadeza, quiero que extra- 1 Cuasi toda ella está hoy en una p recíosa vitrina en nuestro convento de Sevilla. Tam– bién se consefvan en el mis.mo armario las mantas y una especie de gasa, así como una este– rilla de palmas muy pobre, todo lo cual sirvió al Beato en su última enfermedad. Estas precio– sas reliquias fueron llevadas eon sus auténticas correspondientes desde Cádiz af'convento de Sanlúcar de Ba:rrameda, por los años de 1878 y desde allí á Sevilla después de la fiesta de la be~– tificación en 1895, por mandato d_el M. R. P. Provincial Fray Ambrosio de Valencina. 2 Ya veremos después como esta disposición de la virtuosa señ0ra se cumplió al pie de, la. letra. 3 Ignoro el paradero de este retrato, á pesar de haberlo buscado con ahinco.

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