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INTRODUCCIÓN Y BIÜGRAFÍA. 9 ámanos. 1 : «Mi amado hermano y P. Cádizque ya está convalecido me ha confundido: .... ¡Bendito el que lo crió tan humilde!>; Y a.l final de la carta, que es bastante extensa y está sin fo1far, dice: «Nuestro P. Cádiz está muy fatigado c'on el dolor de muelas, me encarga le maride pida á Dios eficaz– mente por esta necesidad porque cree va á salir de todas: se lo mando es– trictamente; y lo harás, que este bendito Padre hace mucha falta y para su tarea hace falta la dentadura.....» Con fecha 8 de Mayo de 1798, le dice: «Me alegro que fuera tan eficaz el evangelio que te dijo mi hermano y Pa– dre. Cádiz; no me admiro, lo que sí admiro es el que por su medio no se atropellen los prodigios.» «No olvides el pedir mucho al Señor por la im– portante vida de nuestro P. Cádiz; es sin medida lo que trabaja.» Carta de 12 de Octubre de 1798. Me haría interminable si hubiera de apuntar cuantas veces lo reco– mienda, alaba y bendice en su correspondencia; diré algo más al final del Epistolario, incluyendo una carta donde se duele amargamente de haber perdido á un tan buen hermano y se goza de verlo triunfante en el cielo . .Bien puede decirse, sin temor de equivocarse; que aquellas dos grandes almas se estrechaban y unían en Dios por la dulce ley de la caridad con trama invisible de seda y oro, como ligadas estuvieron las de David y Jo– natás, muerto en los Montes de Gelboé, las de Santo Domii;igo y San Francisco mi Seráfico Padre, San Felipe Neri y San Félix de .Cantalicio. SU PRECIOSA MUERTE Grandísima devoción tenia el P. González á Santa María Magdalena, y ya he dicho algo de lo mucho que en su obsequio hizo. A instancia suya, compuso el Bto. Diego una novena de la santa penitente, que corre impre– sa, y todos los años hacíale solemnes cultos en su honra, predicando con ardor de Apóstol, demostrando erudición y hablando como un ángel, aun– que sin habilidad~s retóricas, porqúe el P. González (la verdad ocupe su lugar) era un sabio y un alma toda de Dios, mas carecía de bizarras dotes oratorias. Con todo, atraídos por la fama de santidad y sabiduría, conocíale re– ligioso recogimiento y aun con entusiasmo, crecidísimo número de fieles. \ 1 Dichas cartas, en unión de otros preciosos autógrafos, forman un abultado volumen sin foliar y lleva el número 7, de las que conservan las Terciarias dominicas de Jerez de la Fron– tera, hija& de la Sierva de Dios Sor María Antonia de Jesús, á quienes viviré siempre reconocido por la .amabilidad con que me franquearon los documentos )nteresantes del archivo de su Convento, .

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