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'I 60 APUNTES BIOGRÁFICOS DE DOÑA ANTONIA HERRERA Dice e.n su testamento que es natural de Osuna. Teniendo en cuenta esto y que ,en 1784 contaba treinta y un años cumplidos, mandé sacar la partida de bautismo y, aunque un muy caro amigo, sacerdote, se tomó la molestia de buscar dicha partida en todas las Parroquias de Osuna, diez años antes y otros tantos después ,de 1753, no logró encontrarla. Ignoro, por tanto, dónde estará, ni si realmente na– .ció en Osuna, pues por tradición se sabe en Ronda que á esta ciudad la llevaron de Cádiz, siendo ya crecidita. Al morir, por los años 1773, la hija única que tenían los .Sres. D. Manuel Ta– bares.y D." Teresa de Rivera y Pizarro, prohijaron, no sé por qué causas, á doña Antonia Herrera. Con este matrimonio vivió constantemente, siendo tal el cariño -que le tenían, que, al morir ambos cónyuges, la dejaron por heredera universal de .todos sus bienes, aunque dichos señores tenían hermanos. SU DIRECTOR ESPIRITUAL-CASTIDAD ANGELICA Sabido es, que el Beato Diego pasaba largas temporadas en casa de los señores :arriba mencionaüos. La fama de santo y de sabio del eximio Capuchino era uni 0 versal en España y había traspasado las fronteras, llegando hasta las mismas gra– das del Romano Pontífice. Su vida penitente, su aspecto venerable, sus milagros tan pregonados, y más que nada, su ardiente y elocuentisima predicación, cüal jamás oyó el Agora de Atenas, el Foro romano ni el Parlamento inglés, erán par– tes para llamar poderosamente la atención. Deseando D.ª Antonia copiar las virtu– des de su ilustre huésped, aprovechó las ocasiones que con tanta frecuencia se le presentaban para observar de. cerca la pasmosa vida de aquel hombre extraordi- 11ario. Y como la santidad verdadera no puede estar oculta mucho tiempo, como no puede estar oculta la, luz en las tinieblas, y además exhala olor riquísimo, pronto se convenció la distinguida señora de que el P. Cádiz era mucho más delo que pregonaba la fama. Llegó á persuadirse, y ya vemos que no se equivocó, que algún día las futuras generaciones habían de verlo en los altares. Lo estimó en lo que valía, y poco des– pués que voló desde la tierra al cielo, hizo inv!lntariar cuidadosamente todo cuanto había estado al uso del Beato, y estos inventarios, que están en Ronda en muy buen estado de conservación, son los que insertaré al final de este esbocillo bio– gráfico, ya que aquellos objetos son hoy preciosas reliquias. La dirección espiritual de la afortunada D.ª Antonia la tuvo el beato, favor singular que cons'iguieron un número relativamente corto de almas, y, cosa rara, todas las que dirigió el beato, y que fueron de diferentes estados, consiguieron una santidad muy subid•a. No es extraño: el fuego sant.ci que ardía en su pecho de após• to! lo comunicaba á sus oyentes y dirigidos; y aquellas palabras y consejbs salían '

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