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Apuntes biográficos de D.ª Antonia Herrera. . . FUE HIJA NATURAL Doña, Teresa de Rivei-a y Pizarro y D.ª Antonia_ Herrera fuernn para el Beatc, Diego lo que Magdalena y Marta p·ara ,Nuestro Señor Jesucristo y Jacobina de Sie– tesolios para mi Padre san Francisco., unas celosísimas matronas que, con cariño maternal, servían al enviado de Dios. De D.ª Teresa ya he dicho algo en las pági- 111as que anteceden. .Réstame decir cuatro palabras de.D.ª Antonia Anastasia.Herrera. De propósito lo he dejado para este lugar porque, siendo ella la que hizo los inventarios de todo cuanto Úsaba el Beato, á su fallecimiento, y proponiéndome publicarlos al final de , estas Cartas, creo que éste debe ser el lugar que le corresponde. Doña Antonia Anastasia de Herrera, que casi siempre se firmaba con el primer nombre y apellido, nació en qsuna _por los años de 1733 ó 1734, como se desprende de la carta del Beato Diego, escrita el 5 de Julio de 1785, á su director el P. Aleo - ver, publicada en 1904. Cr~yó ell.a que era hija de legítimo matrimonio; por lo menos, así lo dice en su testamento otorgado ante el Escribano público D. José Morales Arce, el 27 de Enero de 1827, y lo ratificó en el poder amplísimo que dió á sus albaceas D. Pedro Barroso y Castro, Cura propio de la Iglesia Mayor de Ronda, y.º·" Juan María Avilés, caballero maestrante de aquella Real Maestranza; pero, la verdad en su lugar, D.ª Antonia f-Ierrera tuvo por padres legítimos á don Antonio Herrera y Albedaño, y á D.ª Isabel. Quijano, su consorte, naturales de To•• ledo, mas fué hija natural, y no legítima. .4.sí lo afirma terminantemente el Beato Diego al P. Alcover, en carta del 25,• de Diciembre de 1784, con estas palabras: «!,a edad de la que queda es de treinta y un años cumplidos, enferma habitualmente... es de una inocencia de costum– bres notable y de un especial candor virginal, muy laboriosa y de singular talento, con el dón de gobie~no. Su deseo de ser religiosa ya se ha frustrado; es hija de pa– dres ilustres, pero es hija natural. Lo ha declarado jurídicamente su padre; pero no puede tenerla consigo ni mantenerla.»