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1801 155 111ano de,mi alma, porque deseando que esto tenga efecto,, me hallo falto .. -de consejo. Entre los argumentos que me hace el Censor. d~ mi doctrina delatada :&obre la p@testad Pontificia superior á la Real, uno es el Tibi soU peccavi de David, probando con este texto, que los delitos de los Reyes, e1t cuanto .a las penas temporales, s6/o Dios puede ju,;garlas, y ninguno otro sobre la tierra, y cita á san Ambrosio, Apolg. David; á Casiodoro, ad verba tibi '.soii peccavi. Pienso responder que esto habla de la potestad inferior; esto es, que ninguno inferior al Rey puede juz;garlo ó castigarlo con pena tem– •poral, porque así entiendo á san Antonino de Florencia: In Summa theolog. ,{?te. 3, tít. 22, cap. v,, parag. 21), que con doctrina del Angélico Maes– tro., dice: Super illud Psalmi tibi soli peccavi dicit: quod Rex non .habet homines qui facla ejus di judir:ent: empero que no se entiende de la potestad superior, porque ésta, siendo divina y no hucnana, cual es la de la tierra, y por consiguiente la del Papa, que hace sus veces en la tie- . . • rra, como.se dice en el Derecho Canónico, puede y debe juzgar y castigar los pecados de los Reyes, como sucede en la confesión. O que aquel texto se entienda de la inobservancia de las leyes civiles, ó por él mismo im~ puestas, que es también á lo que alude la respuesta de san Anto~ino, como dada expresamente á esta pregunta: ¿Si el superior es obligado á observar sus leyes? Dime, ¿qué te parece de la suficieqcia de estas respuestas? Basta de majade-ría. Soy tuyo de corazón, me encomiendo en tus oraciones y á .fas de tus hijos mis hermanos, y ruego á Nuestro Señor te me guarde mu– ,chos años en su divino amor y gracia, como lo des.ea tu afectísimo hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo, Fr. Diego José de Cádi:,_ '· 1 Esta, á lo que parece·, fué la última carta que mandó el Bto. Diego á su gran amigo y coa– fülente el P. Franeisco ·González. Este supo bien pronto la muerte del Apóstol gaditano, y ne, porque fuera preciosa en la presencia de Dios, dej.ó de llorarla y sentirla, como ca de ver en la ·-siguien te carta suya, que traslado del original y va por vía de Apéndice con otros fragmentlls ,muy sen ti dos y he.rmosos desconocid0s hasta ahora. ·
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