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CARTAS DEL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ ceda que todo haya sido con felicidad y sin quebranto de tu atrasada salud, lo que atento el estado de ésta me parece imposible. Al fin, conformémo– nos con las acertadísimas disposiciones del Señor. Yo me hallo ya casi bueno, á Dios gracias, porque el dolorcillo y la calentura es ya casi nada, y así trato ya de aplicarme al despacho de estos papeles, con el auxilio de su Majestad. La adjunta te instruirá de lo que piensa D. José de la Puente sobre el asunto de la Hermana María Antonia, y yo le respondo que, á mi parecer, no conviene en manera alguna pedir licencia para fundación de un Beate– rio, porque ésta debe pedirse al Rey nuestro señor, y es cosa sabida que, pasándola al Consejo, se sepulta allí en perpetuo silencio, como acaba de suceder aquí en dicha súplica hecha por el pueblo muy parecida á ésa, que tal vez será bastante la licencia del Excmo. Sr. Arzobispo y de la Orden para conservarse con los hábitos, tener Capilla con sagrario, y, en todo caso, soy de parecer, que nada se hable de admitir donaciones, comprar fincas, etc.; porque en las actuales circunstancias no es creíble su logro sin milagro, ni hay para qué pedirlo, á fin de que las Hermanas que tienen caudal se les permita lo conserven mientras que permanezcan en el Bea– terio, para que, teniendo caudal suyo, puedan valerse de él para lo que tengan por conveniente mientras vivan. Mas como no entiendo estos asuntos, no dudo que diré desatinos. Tú dirás lo que ha de hacerse, y to– dos estaremos á ello. Si tuvieres sujeto de tu satisfacción que nos busque las dos Bulas que en esta adjunta cito, encárgale que saque copia de ellas, y si fueren difusas, que saque sólo la censura que en ellas se da á las pro– posiciones del Clero galicano, pues aunque tengo varios testimonios de esto, y ahora el de la Bula Auctorem fidei, necesito de más individualidad; no quiero que tú lo hagas, sino que te cuides como yo lo hago, y que nos encomendemos á Nuestro Señor, á quien ruego te me guarde muchos aii.os en su divino amor y gracia, como lo desea tu afectísimo hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo, Fr. Diego José de Cádiz_. P. D.-Mis expresiones á tus hijos, mis hermanos, singularmente la bendita Magdalena y Armesto.

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