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8 CARTAS DEL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ sonas: siendo de más duración, y de mayor concurrencia la segunda, ·en la plazuela llamada de Santa Florentina. »Al observar estos resultados estupendos, ¿quién no admirará los pro– digios del activo celo é ingeniosa caridad de nuestro defunto? Es lo cierto, que en socorro de la humanidad, gastó I más de medio millón de reales de.limosna que ó buscaba ó le ofrecían los piadosos con el mayor placer, por estar con~encidos del santo y laudabilísimo uso que de ellas siempre hacía.» Donde más desplegó su celo fué en la consoladora y difícil tarea de la dirección de las almas. Supo como muy pocos sacarlas del profundo cieno del pecado y subirlas á las serenas regiones de la santidad. <<Basta, dice el autor de la Carta 2 tantas veces citada, expresar los nombres de dos diri– gidos que estuvieron pendientes de sus labios y confesaron cuánto debían á su sabiduría, prudencia, consejos y caridad: la correspondencia del V. P. Fr. Diego José de Cádiz y de la H." Antonia de Jesús Tirado, del Beateri? de' Jerez de la Frontera, no nos permite dudar que fué de los dos, piloto, luz, maestro y padre; y que vivieron sumisos á su voz, que nada obraban sin su aprobación y dictamen.>) Bien se puede decir del P. González lo que de Jeremías dijo el Espíritu Santo en el segundo libro de los Macabeos: He ahí un amante del pueblo y de sus hermanos 3, SU AMISTAD CON EL BEATO DIEGO Trató íntirnamente al celebérrimo Apóstol de Andalucía y fué testigo presencial de sus portentosos frutos en el púlpito conseguidos en Ecija, Carmona y otros muchos pueblos de la Península. Llevado por la fama de su santidad y sabiduría, empezó á consultarle, no siendo el Bto. Diego aún de mucha edad, como lo demuestran las primeras cartas de este epistola– rio. Tengo á la vista unas doscientas del P. González, las más de ellas dirigidas á la gran sierva de Dios Hermana María Antonia de Jesús Tirado, que demuestran palpablemente la intimidad y profundo respeto con que le trataba y el caso que hacía de todas sus cosas; voy á citar unas cuantas frases, sin gran estudio, que lo comprueban. Tantas son las que me vienen ¡ Gastó. Esta palabra no está en el original. 2 Página 18. 3 Mach., cap. xv, v. 1-4.

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