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1800 encargues que, del tomo en que escribe De Erroribus Grcecqrum, cap. 72, yea si a.firma que es de necessitate salutis subesse Romano Ponti.fici, y que esto se entienda también de los Reyes con. respecto al dominio ó potestad i~directa de aquél sobreJa temporal de éstos. Item en el opúsculo De Rege et regno, ad Regem Cypri. Item. Si te es fácil hallar esta confesión de fe de Paulo IV y el canon ó capítulo d~l Concilio florentino en que esto se dice, haz que lo copien fielmente y que su cita venga cuando puedas. Item. Los nombtes de algu– nos autores españoles ó extranjeros, no italianos, que son de este sentir. Si tienes al Castro de hceresibus, haz que apunten lo ·que sobre esto escribe. Mi ánimo es decir que, fundado en ésta, aquélla y la otra autorii::lad de doctrina, texto, etc., dije tal proposición, no creyéndola digna de nota por tener tales fundamentos. Por fin, escribo al P. Guardián pidiéndole esos libros, si los hubiere. Supongo que sabrás ya la noticia de que me han propuesto, en primer lugar, p1;1ra el obispado de Cádiz. ¡Qué desatino! Pide, hermano de i;ni .alma, y haz que pidan por esta necesidad. Aquí se dice así; mas á mí na– die me lo ha escrito 1 • J. M.yJ .. Ronda 10 de Febrero de 1801. Amadísimo hermano de mi alma: Ya te considero en ésa de vuelta de tu viaje y penosa comisi6n de que en tu última me avisaste. Dios me con- I No fué esta vez sola propuesto para Obispo el celoso Capuchino gaditano. De ello hablan algo sus biógrafos, aunque no sé si con la profusión. que el asunto merece. En un tomito inédito de 450 páginas, que con el epígrafe Apuntes _para escribir la vida del P. Diego de Cádi.z·(que debió ser del P. Silvestre de Antequera, también Capuchino) se lee lo sigui.ente: «Estandu el ·P.. Fr. Diego en _las Misiones de Madrid y sitios Reales los años 1782 y 1783, el 1lmo. Padre con– fesor del Rey D. Fr. Joaquín de Electa, Obispo de Osuna, conociendo el sublime talento y virt.ud del 'p_ Cádiz, de orden de la Majestad del Sr. Carlos III lo propuso para un Obispado, á que lo consideraba digno por todas sus circunstancias; pero la humildad del P. Diego hizo que al oir tal propuesta prorrumpiese en lágrimas, confesando su Í!lsuficiencia, é,hincado de rodillas á los pies de dicho Padre confesor, suplicó por Dios y sus Santos lo eximiese con S.M. de dicha carga, pues con la que ·tenía no podía caminar para llegar·á Dios sin pegar muchos tropezones y caídas. Estas y otras reflexiones que manifestó su humilde corazón movieron al Monarca á mandar se desistiese de la propuesta para no afligir al P. Cádiz, dejándolo libre.y desembarazado para se– guir y continuar los caminos por donde el Señor lo llevaba para su gloria y bien del Reino. Segundo asalto de esta clase tuvo el P. Fr. Diego. Hecho Inquisidor generatel Ilmo. Obispo de Jaén el Sr. D. Agustín Rubín de Ceballos, solicitó que el P. Cádiz fuese su Obispo auxiliar, so que igualmente rechazó por tres veces, no conformándose con ninguna de las propuestas que le le hacían, considerándose indigno, sin espíritu ni fuerzas, aunque para carga interina y de– legada, por la sublimidad de sus resultas y cargos delante de Dios y de.los hombres, con lo que su humilde espíritu no se conformaba.»'--Mam1scrito que se conserva en e\ A,rchivq de n,1estro C.onvento de Sevilla. ·

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