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:800 • 135 miseria en que me vef), que me temo una ruina en ella, si me faltas. No digo más; Cuídate, por caridad .. No puedo más, mande lo que quieras al .que de corazón es todo tuyo y lo s_erá en Nuestro Señor Jesucristo, Fray Diego José de Cádiz.. P. D.-A todos tus hijos, mis. hermanos, á nuestra bendita Magdalena y Armesto 1 , miles de cosas_. Días pasados te envié el cuarto tomo con un religioso capuchino que pasó á Córdo.ba por ésa. J. M. J. Sevilla 28 de Mayo de 1800. ! Arpadísimo hermano de mi alma: He recibido las dos tuyas, relativas á las licencias para confesar de ese buen religioso, en las que, con ver~ dad, puedo decir que ~s nada lo que he hecho. El ser cosa tuya me basta para tener especü¡.l gusto en ello. Si lo conocieras me mandarías más, y con menos reparo. Créete que me sirve de particular consuelo el que me ocupes en algo. Con tu informe se dió por satisfecho el Sr. Presidente de las Mesas, y nada ha omitido de cuanto cabe en lo gra~iable. No sé si el Padre Lector, que me entregó tu última, habrá recogido el título y lo remitirá este correo. Mucho me contrista tu padecer, su gravedad y su continuación, y es grande, por él, mi cuidado. Dios cumpla con nosotros su santísima vo– _luntad. Yo sigo bueno. en la substancia, pero muy cansado y con pocas 1 De este siervo dé Dios hice n ención ligerísima en la biografía del P. González. Las·'amplío muy someramente. Llamóse Manuel Armesto Carrera, y fué hiJo de D. Diego y D.ª Leonor. Nació en Galicia, dedicándose al oficio de carpintero, que descmp.eñaba en Ec1ja con pasmosa habilidad. Fué hombre de extraordinaria mortificación y penitencia, y tan dado á los ejercicios espiri– tuales, que consiguió un altísimo grado de perfección y unión con Dios, cuya presencia guar– daba siempre en medio de las rudas tareas de su oficio; Alma hermosa, desligada de todo afecto terreno, mereció del Divino Espírito singulares gracias que no pudo ocultar, ú pesar del exqui– sito cuidado que ponía, y asi hubieron de verlo más de una vez rodeado de luz, enajenados los sentidos y con el rostro tao radiante, que más parecía ángel que hombre. Se propuso imitar al Patriarca San José, dándose tan buena traza, que en todo se Je parecía; _pues hasta la cast.idad guardó, viviendo célibe y como un anacoreta entre el bullicio y corrup– ción del mundo. Tal fama de santidad adquiri9, que·, como vemos en la carta que da mar¡¿en á esta nota, el insigne taumaturgo del siglo xv111 se encomendaba muy de veras en sus fervorosas oracio.nes. Murió como había vivido, que la muerte es conforme á la vida, dejando m-iy claras señales de estar gozando de Dios, y ejemplos hermosos que imitar especialmente á la clase obrera, Fué enterrado al día 2 de Mayo de 1841; ha.bien do testado el 12 de Febre.ro de 1841 ante D. José Diaz. Su partida de defunción puede verse en la p1rroqui:1 de Santa Cruz de Ecija, Libro 23 de Defuo-· cienes, folio 236 vuelto. · ·

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