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CARTAS DEL BEATO DIBGO JOSÉ DE CÁDIZ lorosa en la iglesia Mayor, sin haberme aún preparado. Esto me aflige no poco. Pide á Dios y en cárgalo á la bendita Magdalena-Arcadia, y dale mis expresiones y á todos tus hijos y mis queridos hermanos. Manda lo que quieras y encomendémonos á Nuestro Señor, á quien ruego te me guarde muchos años en su divino amor y gracia, como lo desea tu afectísimo her– mano y siervo que más en Nuestro Señor Jesucristo de corazón te. ama, Fr. Diego José de Cádiz. Me ha sido muy sensible la desgracia de la Sh. Marquesa de Corte (q. e. p. d.), singularmente la de su prole. ¡Qué lástima de alma! J. M. J. Sevilla 7 de Mayo de 1800. Amadísimo hermano de mi alma: Correspondo á la tuya del 3 agrade– ciéndote la extremada caridad que te debo, con el cuidado que tienes de mí y de mis cosas. Hasta ahora, ninguna novedad ha ocurrido en mis asuntos, y me parece que no la habrá en el próximo Capítulo; por lo me– nos, no oigo ni descubro indicios de ello. Empéñate con Dios, y haz que se empeñe la bendita Magdalena-Arcadia, para que se cumpla en mí la voluntad del Señor .en la preservación de mi ruina. Por nueva orden de mi director he consultado con mi P. General el asunto de mi retiro, y nada ha respondido; sólo me ha dicho que tratará con los Padres de asig– narme á un convento, tal vez de puerto de mar, donde ,me puedan tratar como á enfermo, para que no se diga que mi mansión es siempre en Ron– da 1 • Luego que se me comunique esta resolución, te la avisaré. El padre sale de aqu_í mañana para Sanlúcar, yo permaneceré aquí hasta el 8 de Junio, porque son muchos los sermones que me han encargad0, y el úl– timo en aquel día, si no dispone Dios otra cosa. Al Sr. Prior de Santa María, de Carmona, le re~ponderé, iuego que pueda, en derechura. Tus recaídas y males me pesan mucho, y es tanta la 1 El menos avisado verá la tenacidad.de su director el P. Alcover.para que se retirara el sabio misionero á la vida contemplativa y dejara la apostólica que llevaba. El P. Alcover an– daba secretamente en inteligencia con los superiores del Beato para conseguir lo que deseaba él, y sobre todo para que lo trasladaran al convento de Granada, y como un Provincial se opu– ~iera resueltan;iente á sus pretensiones, hasta indicar que prohibiría al Beato dirigirse con él, acudió una y otra vez al Rvmo. P. General Fray Nicolás de Bustillo que, á la sazón, estaba en Andalucía girando la Santa Pastoral Visita. Nada consiguió al fin; pero no dejó piedra por mo– ver ni registro que no tocara, acibarando de este modo el alma hermosísima de su santo diri– gido. Así se explica que, mientras á su director sólo escribiera en este año de 1800 diez cartas, al P. González enviara veintiuna..

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