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122 CARTAS DF,L BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ J. M. J. Ronda 3o de Julio de 1799. Amadísimo hermano de mi alma: Te· agradezco entrafíablemente la caridad que en la tuya del 21 me ofreces, y ya habrás cumplido, de pedir por mí en la NOvena de nuestra bendita Santa. Dios te lo pague. Esto me sirve de imponderable consuelo. Nada tiene que agrad_ecerme en que al– guna rara vez aplique por ti la Santa Misa, porque no tengo otra cosa· ni otro medio para agradecerte lo mucho que te· debo, etc. He tenido carta de la Hermana Antonia, en que me dice algo de- la octava de la Visitación de Nuestra Señora y la Plática del venerable P. M. Ruiz el día cumpleafíos de haber vestido el santo hábito 1 • Me persuado que le habrá encargado la escriba para que nos quede un mo - numento tan apreciable, aunque me persuado que será muy corta. Dios la confirme en su gracia para que no la pierda. En orden á franquear las cartas, quisiera que vieses al amigo Mon– toya, para que, si puede enviármelas graciosamente y sin cargos de con– ciencia, me haga esa caridad y no se defraude al culto ni á los pobres lo que en esto y•para esto necesitas. Celebro infinito tu mejoría, que deseo perfectísima; yo sigo sin nove– dad, á Dios gracias, para lo que quieras servirte de tu ruinísimo hermano. Encomendémonos á Nuestro Sefíor, á quien ruego te me guarde muchos afias en su divino amor y gracia, como lo apetece tu afectísimo hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo, Fr. Diego José de Cádi::r.. Mil cosas á todos tus hijos y mis hermanos con la bendita Arcadia 2 • r El venerable padre Ruiz se apareció después de muerto á la Hermana Antonia varias veces, dándole saludables consejos. La plática á que alude el Beato en su carta, la cuenta la Hermana Antonia del modo siguiente, corregida la ortografía: «El día octavo de la Visitación, hacía afias que me vistieron este santo hábito, y siempre que llegaba este día, me decía mi amado padre Ruiz muchas cosas en el confesionario; pues me hacía una plática muy buena; hadamc presente mis muchas culpas y la mucha obligació!l que tenia de corresponderá los beneficios que había recibido del cielo. Era esta plátifa tal, que me enardecía mi alma y quedaba absorta y toda sumergida en mi nada, y temerosa de más pecados. Este día octavo, mi amado padre Ruiz me hizo la plática como acostumbraba, y al fin me dijo: Hija mía, pide por la San.ta Iglesia y persevera hasta el fin, y echándome la bendición desapareció.» ' (Vida de la Hermana Antonia, pág. 974.) 2 Al dorso está la dirección original del Beato, concebida en estos términcs: «Convento de N. P. Santo Domingo. Al M. R. P. Presentado Fr. Francisco González. Guarde Dios muchos años. :P.M.Q.C.•>

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