BCCCAP00000000000000000000614

4 CARTAS DEL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ á los observantísirnos religiosos y á varones insignes por su piedad y vida penitente que lo trataron y conocieron. En las cartas que el Beato le dirigió puede verse el concepto elevadí– simo y el mérito extraordinario que hacía de él y hasta de algunos de sus dirigidos, como de Armesto, devotísimo y honesto carpintero; de Magda– lena, humilde doncella que supo unir con estrecho lazo la vida reposada de María con la hacendosa de Marta; la Herrnana María Antonia de Jesús Tirado, terciaria dominica y franciscana de Jerez de la Frontera, alma purísima de íntima unión con Dios, de subidísimos vuelos, regalada como pocas con dulces carismas, que conversaba con el ángel de su guarda con asombrosa familiaridad, recibiendo de él auxilios y luces, amonestaciones, consejos saludables y revelaciones que pasman y dejan atónito al más experto en mística Teología, y, en fin, sin mencionar al V. P. Ruiz, de .quien he de ocuparme más largamente en las notas de las cartas, contaré entre sus admiradores al Apóstol gaditano Fr. Diego José de Cádiz; mejor dicho, dejemos que él nos cuente algo. En una carta al P. Alcover fechada en Ronda el 17 de Mayo de 1794, y que ha poco publiqué en la colección de que arriba hice mérito, dice: «Me avisan de Ecija de estarse ya concluyendo la impresión de la primera parte de El Soldado Católico; pero un religioso de nuestro Padre Santo Do– mingo que corre con ella, hombre doctísimo, el oráculo de aquel pueblo y á quien debo mucha caridad, es de parecer que esta obrilla, antes de publi– carse, convendría presentarla á las personas Reales.» Sin temor de atormentar á su modestia le manifiesta de una manera clara, precisa y sorprendente su sentir, obligándole á que mirase por su salud sin vacilaciones ni excusas, y da para ello razones tan valiosas, que más parecen recibidas del cielo que hijas de la mente humana. Veamos cómo se expresa en la carta que le dirige el 1 r de Marzo de 1800, esto es: un año antes de morir. «Ama9ísimo hermano de mi alma: no es decible el consuelo que ésta ha recibido con la noticia que me das de tu conocida mejoría. Dios sea bendito y se digne continuarnos este beneficio..... y pues está visto que con pocos días de campo en esa hacienda se adelanta mucho para tu necesario recobro, no rehuses tanto el valerte de ese medio con la frecuencia que se– gún tus padeceres y el derecho que tenemos á la vida y conservación los que la miramos como nuestra más que tuya. ¿Quieres enloquecer? Pues euloquece muy en buena hora, sabiendo que Dios nuestro Señor te ama

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz