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1 799 . 109 Muche siento tus padeceres y quisiera que, así como yo te .obedezco en cuidarme en el alimento, el sueño, etc., tú me dieses el consuelo de mirar más per ti, porque, á la verdad, lo necesitas para ti, para mLy par1;1 otros. Sigo bien en la salud, á Dios gracias, y_no e~ verdad lo que te ha.n dicho del bocado en la mano, ni otra cosa que le parezca¡ puede que lo hayan equi– vocado con el dedo de un pie que, por pereza mía en curarlo, no acaba de sanar de un gavilán 1 que me sacaron los cirujanos en Lucena á la perfec– ción, y no sé si la uña ú otro gavilán se ha introducido en la carne, por cuya causa sigue malo; pero es cosa tan lev~ que aun ni me acuerdo de ello. Me escriben de Málaga que la señora protestante presbiteriana que en la Misión se halló movida p1;1ra convertirse y con quien hablé sola u.na vez un largo rato, dice ahora que he de irá perfeccionar esta o.bra comenzada. Sea Dios bendito. Ya te harás cargo del gusto ,con que haré ese viaje si llega á tener efecto. No me alcanza el tiempo á más. Quédate con Dios,en quien es tuyo de cor.azón tu afectísimo hermano que más te ama, Fr. Diego José de Cádiz.. P. D.~De Jerez me escribe un buen hombre, que creo es organista, pi– diéndome que me empeñe contigo para que des licencia á nuestra Hermana Antoniaá fin de que saque de pila á lo que próximamente ha de nacerle. J. M. J. Ronda 11 de Enero del 99. Amadísimo hermano de mi alma: en ella siento que me duele l_a nueva conspiración que se ha levantado contra ti y contra eL R. P. Presentado Salas. Mas como ésta es propter verbum Dei, debes alegrarte. Dichoso tú, hermano de mi corazón, que padeces algo por Dios y que tienes la felici– dad ,envidiable de que unas tribulaciones se alcancen á las otras. Si quid patimini propter justitiam, beati 2 • Me compade;?;CO. hasta lo sumo de esos pobrecitos actores que tan á costa de sus almas te labran la corona. La ofensa que á Dios hacen y el daño gravísimo á sí propios _no se puede con- ' r Gabildn ó gavildn. Esta palabra no se encuentra en el Diccionario de la Real Academia ni otros que he compulsado. En Andalucía se entiende por gavildn, á más del ave de rapiña de que nos hablan todos los Diccionarios, las extremidades de·las uñas, especialmente de los pies, cuando se introducen en la carne 6 quedan clavadas en ellas por algún a~cidente. Es lo que lla- man los médicos uña enca,rnada. ' ' 2 Estas palabras están tomadas de la primera épístola de San Pedro, cap. III, v, 14, y lastra- <luce así el P. Scío: Si alguna cosa padecéis por la justicia, sois bienaventurados. "

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