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105 ipse in terris verbui11; Patri~ proposuisti hoc tuunuerbu¡n propone 1 • Más te diré., descubriéndote mi corazón. Un día de la misión de Andújar, después del sermón, en que había hablado de la 09ediencia al Sumo Pontífice y las cosas del día, y de lo que había quedado algó cansado y con pocas fuerzas, me fuíá la iglesia, y ofreciéndome• al Señor con mi disipación y distracción habitual, y sin salir de ella, me ocurrió al pensamiento como si su Majestad en el Santísimo Sacramento me dijese:¡ Ven acá, Diego mío! . . (me da vergüenza de decirlo y grandísima), y que me daba un abrazo. Pasó pronto aqqel pensamiento, causando algunos buenos efectos, todos instantáneos. A poco se me ocurrió, y lo dije de todo corazón: Da mihi a,nimas, ca:tera toUe ti/Ji, D?mine 2 • No sé lo que me digo, tú lo entende– rás. Lo que no puedo dudar es que c_uanto Dios ha manifr~tado á esa alma es lo que yo debo ser y hacer, y no hago ni soy. De sus resultas me parece que tengo algo del, amor apreciativo á su Majestad y muy fijo en mi alma el ¿Quid prodest homini, etc.? con que concluye. 1 Dime si.convendrá darla á leerá mi director, al que aguardo en Lu– cena. No puedo más. Manda lo que quieras, y encomendémonos á Dios, á quien pido te me guarde muchos años en su santo amor y gracia, como lo desea tu afectísimo hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo, Fray Diego José de Cádiz., M;afiana salgo para Cabra. J. M. J. Cabra 15 de Noviembre del 98. Amadísimo hermano de mi alma: Dios te .pague la caridad con que me tratas. Tu carta, :¡ue recibí ayer, me hizo llorar repetidas veces y me ha alentado. y esforzado mucho. Se ve aquí lo de: Eduxit oleum, sive aquam, de saxo durz'.ssimo 3. Tanto es lo que te debo. Mas yo no quiero ni enga– ñarme ni engañarte. ¿Quieres saber algo de.lo que soy? Oyelo, que para r Traducido al castelJano dice: Seíior, en unión de la divina intención con que predicastes en la tierra la palabra del Padi;e, predico este sermón tuyo.. En .verdad, que es es:e un modo de orar sencillo, práctico, substancial y de exce.Jentes resultados. Con él, en poco tiempo, pode– mo; acumular muchísimos bienes y enriquecernos á poca costa. Cierto, que si en los trabajos mapuales é intelectuales usáramos esta magnífica práctica, con poco más ller,aríamos á muy su– bida santidad; pues aunque ~eamos ruines, con Dios lo pÓdemos todo. 2 D.adme almas, Seíior, las demás cosas tómalas para ti. Esta vigorosa expresión, arran– que generoso y ardiente manifestación del celo que devoraba el pecllo alentado de Fr.'Diego de Cádiz, como el de Elías, es de San Agustín, y hace el más cabal y perfecto panegírico del tauma- turgo del siglo xvm, · · 3 Sacó aceite ó agua de una durísima piedra. IO

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