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INTRODUCCIÓN Y BIOGRAFÍA mosísimos de humildad que, al descuido unas veces, y otras pretendiendo lo contrario, vemos en sus cartas, tanto más impregnadas del' candor de su espíritu cuanto más familiares y menos atildadas. Pero eran muy serios los asuntos que traía entre manos, graves• las consultas que le hacían; veíase cercado de enemigos por dentro y por fue– ra, tenía que obrar y quería acertar y hacerlo todo, absolutamente todo, según el querer de. Dios. Por eso necesitaba el trato de un hombre de es– peciales cualidades para exponerle sus cuitas, enseñarle su corazón, tal cual era, y descansar de cuando en cuando en brazos del amigo fiel; y como todo esto lo buscó, mas no lo encontró, en el P. Alcover, puso los ojos en el buenísimo P .. Francisco de As/s González, no el mínimo que fué su primer director y que murió á principios de 1784, porque, á vivir éste, es seguro que á ninguno más hubiera buscado, sino en ese otro do– minico honra y prez de la ilustre ciudad de Ecija. Con él tuvo larga correspondencia y estrechísima amistad, y de él va– mos á dar algunas noticias, pues harto lo merece, y por las cuales se echará de ver con qué clase de personas trataba íntimamente el gran Apóstol del siglo xvm, y cómo los santos buscaban á los santos para solazarse en el Señor y abrazarse en amor divino. EL PADRE GONZÁLEZ, DOMINICO: CONCEPTO ELEVADO QUE DE ÉL TENIAN Este gran siervo de Dios, timbye glorioso de la Orden de Predicado– res; nació en Ecija el 6 de Diciembre de 1743, y ct1ando apenas frisaba con los quince años, vistió el hábito de dominico en el Convento que lo's Padres tenían en dicha ciudad, y que había de ser, andando el, tiempo, testigo de sus raras prendas y virtudes. Una vez consagrado á Dios, se aplicó con ardor al estudio de la ora– ción y de las humanas letras, haciendo tales progresos en la una y en las 1 otras, que adquirió pronto fama de aventajado maestro; tanto, que no bien hubo terminado la carrera le hicieron lector de Filosof/a, cargo en el cual permaneció lo restante de su vida con general aplauso y notable aprove– chamiento de sus discípulos. Al .sólido saber supo unir la incontrastable virtud, y si ahondó en el estudio de las letras y llegó á cobrar fama de sabio, subió tan alto en el escarpado monte de la perfección evangélica, que causó grande admiración

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