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98· CARTAS DEL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ son anteriores á la noticia que has comunicado de los tuyos, que sin razón llamas malicia tuya, siendo ciertamente prudente precaución del Nolite omni spíritui credere 1 • Tu dictamen es mi seguridad en este asunto. Y para que conozcas que la malicia está en mí, te digo que mis temores carecen de fundamento, porque nada he hallado en ella de mácula. No tengo otro fundamento que la falta de evidencia de sus cosas, la que, como no me es posible, siempre me quedo con el miedo de si será, si no será. Añado que cuando leo sus cartas suele djsiparse este recelo en respondiendo á lo que en las mías le digo, casi no deja motivo para dudar. Su respuesta al cargo de la, palabra enmendada es la que verás en la suya, que te incluyo, con otras cosas de que no dudo tendrás noticia. · No obstante la seguridad que me das no desaprobando mi bárbara in– tentona de que hiciese la exposición moral en latín, he reflexionado que estas pruebas milagrosas no son convenientes, y menos á quien no es di– rector. Puede no suceder aquello, y es cierto que de esto no puede cole– girse que deje de ser buen espíritu. Por esto le dije últimamente que la omitiese y que me contentaba con su buen' deseo de obedecer. Lo que me incluye ahora es sólo algunos versículos de aqúel Evangelio que viste tra– ducidos al castellano en los propios términos que lo anterior. Por esto; y por no abultar demasiado, no lo envío. Dios te pague la caridad de devolverme el corpiño, la que te he agra– decido en mi corazón. Ya se lo di á la religiosa, con el certificado de lo que era. El día de nuestra Santísima Magdalena apliqué por ti la santa misa, deseoso de agradecerte lo mucho que te debo. Dios te premie. Digo á la Hermana en el correo de mañana que no se cargue de las pe– nas de aqu~lla alma, sino que pida á Nuestro Señor una limosna para mi– sas, seguro de que se la darán. Agradezco y devuelyo las expresiones que debo á .todos esos mis seño– res y hermanos. Manda lo que quieras y encomendémonos á Nuestro Se– ñor, á quien ruego te me guarde muchos años en su santo amor y gracia, como lo desea ·tu afectísimo hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo, Fr. Diego José de Cádi{. 1 Este sapientísimo consejo del Espíritu Santo se lee en el cap. 1v, vers. 1. 0 ele la primera , Epístola de San Juan, y traducido en romance dice: No queráis creerá todo espíritu, sino pro– bad si los espíritus son de Díos.

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