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- 80 - liarás en descubierto.» Tal es la primera regla de· cultura económica ... No se trata de nunca gastar, de siempre guardar... no. Eso sería tacañería y sabría a avaricia, enemiga espiritual y mortal del voto de pobreza. , La cuidado::=-a economía obra como mágica ... Ella da a las cosas un sentimiento de satisfacción, .de fuerza, de seguridad. Que no falte nada de lo preciso, pero que 110 se despilfarre nada tampoco... · ¡Cuidar los céntimos, .. Ved ahí otra regla de la cultura económica... el gran secreto de los ahorra– dores ingleses... Ellos llaman ¡cuidar los pehiques! Mas no pocas veces, por 110 gastar en una ne– cesidad que parece pequeña, hay que invertir una gran suma en los males que aquel descuido origina. Viene aquí a cuento lo de: «por un clavo la herra– dura, por la herradura el caballo, por el caballo el caballero», etc. Si se hubiese fijado a tiempo aquel clavo, no se tendrían que lamentar las consecuen– cias. Dígase lo propio de un cristal roto ... o de una tos no cuidada con una taza de leche oportunamen– te, ele. Poner dinero y la administración en manos pródigas es como echar agua en un cedazo... ; po– nerlo en manos tacañas es alterar la paz de la casa y poner en peligro el capital por el lado opuesto ... Las manos económicas ni so 11 pródigas ni tacañas; son la fértil sementera. La ciencia de la economía consiste en saber ga– nar, saber gastar y saber ahorrar.
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