BCCCAP00000000000000000000613
- 76 - los 18 una vida lánguida y enferma a causa de su excesiva aplicación. Al fin de la vida, a los 39 años, desecado su cerebro se desequilibró y creía estar viendo sin .cesar un precipicio donde temía hun– dirse. Moreri, primer autor del Diccionario históri– co, fué también víctima de un ardor por el es– tudio. El derroche y prodigalidad-suponen, cuando es 'injustificado, un desprecio estúpido del valor, del trabajo humano. Debe poseer el que regula el traba_jo el arte de saber emplear oportunamente y con utilidad los ele– mentos y las fuerzas· del trabajador. Nadie tiene derecho a malgastar un minuto de trabajo, ni la más mínima energía. La ley moral no autoriza a nadie para derrochar los bienes de la familia humana... El trabajo es un capital. No hay producción fecunda porque no hay aprovechamiento de energías. La ciencia de saber administrar el potencial enérgico de una Comunidad es difícil y complicada, pero tan útil como la ciencia de administrar un capital. No se pára mientes en este punto, ni tal vez se le dá importancia. Nos hemos habituado a una vulgaridad de ideas y de procedimientos directivos, que apena profun– damente el corazón.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz