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- 74 - contar más q·ue consigo mismo: trabaja y descansa cuando obra contando con Dios. -,Todo acto humano, aun el más impotente, pierde su impotencia si se une al acto de la reden– ción." (Helio.) Hay para el hombre dos cosas entre otras que son incomprensibles; su potencia: « Yo lo puedo todo en aquel que me conforta». Su impotencia: «Sin mí nada podeis hacer» ... El descontento hace que trabajos pequeños nos parezcan gigantescos, como a los irraelitas les pa– recían-gigantes las langostas. Cil Es preciso trabajar, no por agradar a los hom– bres, sino por cumplir la voluntad y el querer de Dios. Si todavía buscara agradar y contentar a los hombres, no sería siervo de Dios. < 2 > Hijo mío, no se derramen tus obras en muchas cosas; y el·que modere las ocupaciones alcanzará la sabiduría. < 3 l El trabajo excesivo inhabilita para los ejercicios espirituales y llena el espíritu de cuidados que nos turban mucho. · En el trabajo guarda la paz, el orden y la pre– sencia de Dios. Pregúntélte con frecuencia: ¿ Cuál será el coefi– ciente y utilidad de este trabajo? ¿ Cuál es la intención y la potencia motora de cuanto realizo? (1) Núm. 14. (2) Gala!, 1, v. l.º (3) Eccl. 11.
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