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- 73- El trabajo bien realizado exige toda una serie de prestaciones morales, de dominio personal, de sacrificios, de luchas co9tra el fastidio y la pereza. Muchas veces no hay más que una palabra para expresar trabajo y sufrimiento. La razón.nos muestra el trabajo como un honor, como un medio de elevación moral, aunque la ex– periencia nos lo ofrezca como amargo y pesado. Para el religioso el trabajo es una de las mejores virtudes. · ¡Ay de él cuando pierde este sagrado fuego del amor al trabajo! ... Enojado o molestado de la vida regular buscará entretenimientos vanos; le acome– terá «el mal del siglo». El prurito de las amistades seglares, ba_jo capa de educación y de bien ... Alguien puso a esta dolencia el significativo nombre de «seglaritis». l"\étodos cristianos Si los economistas hablan del trabajo y lo des-– arrollan desde el punto de vista de la adquisición, nosotros debemos considerarlo desde el punto de vista de una elevación moral y religiosa. Nuestro trabajo no ha de ser una actividad inte– resada del hombre libre; debe ser una acción libre y moral, pero limpia de intereses pequeños. Al procedimiento grosero y materialista sustitu– yamos otro procedimiento espiritual y santo. El hombre trabaja sin descanso cuando obra sin

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