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67 - ramos en un extraño, mas para la cual no hay aptitud ninguna en nuestra natúrale:¡a:a. La educación y la perfección deb~n ten~t como objeto el conjunto efe dones naturales que se poseen. Lo que no se posee no se puede ni educar ni perfeccionar. Así como tiene cada tino sus aptitudes, tiene también sus debilidades propias; son su propiedad peculiar, que lleva consigo la limitación· que le es propia. < 1 > Para educar y perfeccionar lo bueno que se posee, no hay que olvidar lo malo que nos com– bate. La educación, pues., abarca lo bueno que ha de perfeccionarse, y lo malo que ha,.de destruirse. Hagamos obra discreta y completa. Capítulo XIII. El trabajo religioso Esta es la voz de la sabiduría y de San Pablo: « Trabajad como buenos soldados de Cristo». El poeta dijo a su vez: « Otia si tollas, periere cupidinis arcus,;. El trabajo '.ompe el arco de cupido. (!) Es un punto que no debe olvidarse en todo el estudio.psicológico que el hombre tiene defectos que son propios del predominio de sus buenas cualidades. 6

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