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- 49·_ La noble amistad promete poco, hace poco rui– do y da con abundancia. La falsa, en cambio, pro– mete mucho y sólo da palabras, hechos pocos. Centro de la Religión pueden' encontrarse ami– gos de dos caras y de corazón egoísta. El amigo noble y leal sabe advertir los peligros · que le amenazan al amigo, y sin falsa compasión aconsejar Jo mejor. Quien no quiere corregir al amigo viéndole en peligro es necio y falso. · · ~o es justo negar al amigo lo que uno cree útil para sí; es criminal valerse de la amistad para encu– brir el mal o inducir a él. Al amigo caído hay que darle la mano con tanto mayor cariño cuanto mayor es su necesidad. La amistad-es producto de las opi11io11es y deseo idénticos; de la co11fia11za y estimación recíprocas... La mudanza en cada uno de estos cuatro ele– mentos explica por qué se forman y por qué se di– suelven las amistades. Es positivo que el sentimiento de la amistad no puede subsistir ni amanecer entre caracteres in- · compatibles; mas esta incompatibilidad no siempre es hija de su diferencia, sino, muchas veces, de su excesiva conformidad. Dos hombres igualmente irritab'.es y coléricos, igualmente ·contradictorios, no pueden sostenerla mucho tiempo. Sigue el consejo de Tomás de Kempis: , Ama y ten por amigo a Aquel que, cuando todos se apar-
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