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48 - y apoyo en el consejo y en el corazón de un her– mano. < 1 > El amigo fiel es más precioso que el oro; pero para serió debe revestir estas cualidades: que sea para bien, que sea ·con orden, que sea constante, que sea según úios. Que sea como la amistad de Jesús, que llora con las hermanas de Lázaro, defiende en el huerto a sus amigos, condesciende con las exigencias del apóstol Tomás, perdona a Pedro y da entrada en su Corazón a todos, Cuando la amistad supone una especie de blo– que contra otros es temeraria, envidiosa y enemiga de Lios. Unirnos contra los malos es bueho, pero unirnos contra los buenos es malo. Lesconfiad de la .amistad que no queréis que se descubra, y de !as amistades que os perturban la conciencia. (1) Así se formaron las grandes amistades a que nos hemos referido y aquella otra singular y ternisima de San Francisco de Asís y Santa Clara que a si misma se llamaba: «Plautula B. Patris Francisci". (Regla cap. J.) No podemos olvidar al tocar este punto aquel ,,O admirabilc comercium» que aplicado por extensión a este y a otros casos similares de la historia, hizo decir a Ozanan que nada puede ocurrir de grande, al parecer, en la Iglesia sin que-un hombre y una mujer tomen parte en ello. Al lado de los santos fundadores se ven mujeres dignas émulas que les alientan con sus simpatías y les sostienen en sus luchas. Es el auxilio que escogió Dios para Adün. El hombre solo no sabría dar cima a nada bueno. ,,Non est bonum hominem esse solum,. (P. Cesareo de Tours. A este respecto dice también Jorgersen: ,Nadie realiza mejor y müs plenamente el ideal concebido por un hombre como una mujer cuyo cora– zón haya sido conquistado por este., Por nue3tra parte tenemos que añadir que este dualismo de infruencias en la historia de toda obra notable es el objeto de un estudio que venimos preparando con verdadero cariño.

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