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- 514 - CONCLUSIÓN Hemos llegado al fin. Hemos querido decir mu– chas cosas, y sólo hemos dicho algunas. Hemos pretendido rodear al religioso de una aureola de oro y que su personalidad y virtudes aparecieran como ceñidas de un cerco de estrellas. Si cui aliter videbitur et fortasse melius non in– video... Si flores inter spina latens togam carpat et ma- num pungat nihil mirum, cum natura Rosam ipsam ornnium florum Reginam quasi quodam spinarum custodia munierit. (Pro!. Al Vividarium de Mendoza.) No tememos a los buenos religiosos. Floriferis ut apes in saltibus omnia libant < 1 >. A los que nos lean tal vez con alguna preven– ción, les recordamos aquello de: Ccelo ne peractum: «Son algunas cosas buenas, otras medianas, las más; malas las que aquí hallarás, (literariamente> que de otra manera apenas se hace un libro jamás. Que mi libro es desigual, dirá alguno, y si es tal me alaba y hace regalo, porque solamente el malo podrá hacer todo al igual.» Finalmente, este libro supone y exige otro tomo: «Educación psíquica y Educación mística,,, que tenemos preparado y aparecerá, si Dios no dispone otra cosa, en fecha no muy larga. (!) Lucrecium Lib. :i.
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