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- 510 - Son enteramente familiares y sólo son tolerables en el seno de la confianza. 11. El «don que se llama de gentes», que su– pune tacto social, no consiste ni mucho menos en esa trivial franqueza y carácter alegre o comunica– tivo. Eso, las más veces, supone falta de tacto y de verdadero mérito que no sabe apreciar las cosas en su punto. (t) 12. Sería pueril pensar que hemos ganado la estimación de ciertas personas de viso porque nos tratan con afabilid1d o vienen algL111as veces a vi– sitarnos. Tal vez lo hagan por simple cortesía, obli– gadas por nuestrns visitas o impertinencias de que por ventura querrían verse libres. Tengamos el tacto suficiente para comprender que puede una amistad ser obligada más que buscada. El tacto social con– siste en la oportunidad y no en la prodigalidad... Esta más que don y tacto supone falta de las dos cosas a una, penuria de ideas del deber y de de!ica– daza verdadera ... Tarjeteo Su uso es interesante, útil, pero muy complicado. A veces un pedazo de cartulina llena la misión de un cumplido y nos evita diez minutos de fastidio. (1) Gran pena nos ha causado algunas veces ver predicadores, que habían provocado los sollozos de sus oyentes y hecho derramar lágrimas y casi inmediatamente después del sermón presentarse ligeros, jocosos, festivos, y disipados... Esto es falta ele tacto y de pruclencia.••-Pritct. ele Celo eclest. pág. 443.

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