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- 503 - mé, una entrada o un frito, un pescado, una verdu– ra y un asado. Después del asado se sirve un dulce caliente o un helado, quesos, frutas, pastas, etc. Las reglas que acabamos de dar en esta última parte de nuestro trabajo, tomadas de textos autori– zados y de la observación, deben formar nuestro código civil de urbanidad. No todas se acatan en todas partes, y para su– plir la deficiencia que puedan ofrecer, basta el tac– to social y un poco de sindéresis en el trato de personas y cosas. Detalles Nos parece de mal gusto que al obsequiado en un con vite se le haga trabajar como a un maitre d'otel, a trueque de lucir sus habilidades. Hay cosas que pasaron de moda, y estas operaciones de trin– char, como las presentaciones de las viandas en la mesa antes de trincharlas han sido relegadas a las fondas. No debe colocarse como adorno en la mesa más que flores naturales en canastillas de poca altura. Algunos gustan de añadir a esto las frutas, pero es preferºible suprimirlas, porque al servirlas los criados en los postres descomponen la simetría y buen efecto. Si se colocan frutas en la mesa los comensales no las tocarán hasta que se las presen– te el criado. Aunque la moda exige que las servilletas estén engomadas, esto resulta molesto y es preferible el

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