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- 500 - A pesar de las costumbres modernas, en las ca– sas religiosas se tiene hora fija para esta función vital. Los romapos, al convidar a comer a un perso– naje distinguido, le dejaban la elección de los comensales, y en nombre de aquél se rogaba la asistencia a la mesa a los elegidos. En los convites de nuestros tiempos acontece muchas veces concurrir dos o más enemistados, y por eso el que hace el convite tenga en cuenta las ~iguientes reglas: a) Se avisa verbalmente o por escrito :1 los amigos de confianza y por tarjeta a todos los de– más que hayan de asistir, indicando la hora del convite. b) Es impropio invitar a personas a quienes amenace o haya acontecido recientemente una des– gracia. e) No debe esperarse a la víspera para la invi– tación, a no ser entre gente muy familiar y a111iga. d) Es preciso reducir al local de que dispon– gamos, las invitaciones. e) Procurar que las personas invitadas estén en buenas relaciones entre sí o, por lo menos, cpe no haya entre ellas enemistades conocidas. f) Cuando el obsequio del convite es en ho– nor a una persona determinada, procúrese que !as personas con quienes hayan de encontrar~c ::;ean todas de su amistad. Preparemos de antemano todo lo que para ello

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