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- 491 - En Egipto no hay platos, ni cucharas, ni tene– dores, ni v::1.sos, ni mantek;. En los pueblos del Norte y en. los orie 1tlles no se bebe hasta después de haber comido. En Inglaterra, durante los siglos bárbaros, los cortesanos servían al rey de rodillas. Documentos del siglo XII y XIII nos atestiguan que la nobleza de Francia en los días solemnes se hacía llevar a la mesa los platos por hombres mon– tados a caballo. Todo lo cual y otras muchas cosas prueban cuán diferentes eran lag antiguas de las modernas cos– tumbres. No sería malo recordar y practicar a veces lo que se cuerita del poeta Chibon, quien no quiso comprometerse y concurrir a un banquete de Pe– riandro sin saber quiénes eran los comensales. De todos modos, aunque religiosos, no pode– mos evitar muchas veces el concurrir a ciertos ban– quetes; mas como es muy feo y se expone al dicta– do de parásito el que acepta cuantas comidas se le ofrecen, así merece también el de misántropo quien las rechaza todas. Siempre que seamos invitados a un festín cual– quiera con testemos inmediatamente m_anifestando nuestra aceptación o presentando nuestra ex– cusa. No debe retardarse más de ocho días dicha no– tificación. La puntualidad ha de ser en los invitados rigu-

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