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- 480 - Guardémonos en las visitas de hacer ofreci– mientos que después nos sea difícil cumplir o que sea preciso acudir al Superior para ello, si antes no consultamos la voluntad de éste. Guardémonos mucho más de descubrir interio– ridades de casa con desprestigio del hábito. Casos imprevistos Si durante la visita nos ocurre un caso de pre– sentación por llegar al recibimiento varias perso– nas, tengamos en cuenta que, si se trata de una señora y un caballero, éste debe ser el presentado; si de dos caballeros, es presentado prime,o el más joven; siempre el presentado, aparte de la edad, ha de ser el de menor categoría. Si un caballero nos manifiesta .deseos de ser presentado a una señora, diremos dirigiéndonos a ella: < Tengo el honor de presentar a don ***,, y dirigiéndose a éste: « La señora de *** ». Las perso– nas mutuamente presentadas se hacen una cortesía, dirigiéndose frases de cumplido; por lo general, estrechándose las manos. El acto de la presentación no da derecho a in– timar la amistad; aquel acto no tiene más impor– tancia que la que quiera darle la persona a quien hemos sido presentados. De ella dependen los gra– dos de intimidad que haya de tener la relación mutua.

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