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- 474 - un ligero tinte de religión que a nadie podrá extrañar. Conocemos jóvenes católicas y muy de socie– dad que antes de reunirse en una tertulia se prepa– ran con la lectura de un capítulo del Kempis o de otro libro... para tener inspiración. No se olvide, empero, de tener en cuenta la condición de las visitas y la de las personas visita– .das, .para no incurrir en imprudentes renuncios. · · Sabed escuchar y sacaréis partido aun de los que hablan mal ... Velemos sobre nosotros mismos Verdaderamente el ministerio mismo nos da pretexto a veces para multiplicar visitas. Para estos casos, sobre todo, son las cautelas. (I) Una vez en visita, un corazón demasiado des– arrollado es tan peligroso como un corazón enco– gido en demasía. No somos hoy muy bien vistos seguramente, pero toda vía hay personas piadosas que nos apre– cian y estiman y en su trato debemos demostrar que el religioso... es siempre religioso. Pidamos a Dios la gracia de ser bastante cabe– za con un buen corazón. Sembremos ideas para cosechar obras; ideas meditadas por la razón y calentadas por el corazón. (I) Si hrec colloquia nimis protrahantur si sensibiliter delectent, si de inutilibus sermo habeatur, si nugis locus detur, si mutuo laudibus affi– cian!.'.. late! angis in herba...

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