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- 472 - El indicar el tema de las conversaciones corres– ponde a la señora de la casa. No debemos hablar de nuestras enfermedades y disgustos con prolijidad. Evítese usar de chanzas y de hacer el papel de héroe. La diferencia de opiniones no es causa de ofen– sa, pero la vehemente contradicción es violar una de las reglas de la buena sociedad. · < La verdadera cortesía está siempre ocupada en los demás, sin tener tiempo de pensar en sí.> El que comenta mucho sus asuntos indica gran deseo de que_ los demás se ocupen de él. . ·· No debemos hojear libros y papeles delante de otros. No debemos destruir el buen efecto que haya– mos podido hacer al entrar en la casa prolongando deniasiado nuestra visita. Sembremos algún bien Sin embargo, el religioso dé muestras de que lo es en el trato con las gentes, y aproveche pru– dentemente las ~oyunturas de la conversación para sembrar algún bien. No conviene que una persona consagrada a Dios haga alardes de erudición de mundo, mos– trándose al corriente de frivolidades, de trajes, tea- tros y mundanidades. · No quita esto· para que modestamente 1 y como .

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