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- 471 - No nos pongamos nunca de pie para examinat' cuadros, retratos, etc., a no ser invitados para ello. Cuando nos encontremos, en la casa de un en– fermo guardémonos de pretender que se nos intro– duzca en su aposento, ni manifestemos temores de alarma o de resultados funestos. Es muy ineducado y vulgar el dar a los enfer– mos consejos que no nos piden, indicarles medica– mentos, hablar mal del médico, etc. Es un acto del todo inurbano desatender al que se ocupa en alguna cosa con intención de agradar– nos, y aun de lucir sus talentos; verbigracia: tocar el piano, cantar, etc. Al acto de retirarnos de una reunión muy nu– merosa llamemos lo menos posible la atención de los circunstantes. Una vez de pie para terminar la visita despidá-– monos especialmente de los dueños de la casa y hagamos una- cortesía a los demás circunstantes, retirándonos en seguida. Si no podemos acercarnos ? la señora de casa sin penetrar por entre muchas personas, nos limita– remos a dirigirle las expresiones de despedida des,– pe el punto_más cercano al círculo donde se halle. Siempre que seamos acomp.añados hasta la puerta, nos volveremos al llegar al portón o a la escalera para hacer una cortesía. Nunca, por corta que sea una visita, se entrará con el abrigo púesto ni con el paraguas. Amba~ prendas se dejarán _en la antesala.

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