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- 456 - detenerle, a no ser que por su paso indique andar en algún asunto urgente. Tam,bién podría detenerse a algún negociante para tratar asuntos de negocio. Nunca nos asomaremos a las ventanas o bal– cones con objeto de saludar al que está dentro, a no ser llamados o requeridos.. Una vez detenidas dos personas en la calle con objeto de saludarse, toca a la más caracterizada adelantar la despedida; pero en caso de ser tres las personas, cabe adelantar la despedida por la menos caracterizada. Si mientras se saludan en la acera llega a pasar alguna señora u otra persona de respetabilidad, se desocupa la acera para dejar paso franco. Cuando esto lo hicieren otros, nosotros les de– bemos un saludo y a las señoras una ligera inclina– ción de cabez::i. Nunca debe saludarse a personas con quienes no se tenga amistad, pero ya se sabe que a las per– sonas de alta responsabilidad se les debe saludar. No es admitido saludar a las personas que están en ventanas con celosías, ni desde la acera opues– ta cuando ha entrado ya la noche. Siempre desdice del religioso el detenerse en saludar a personas que están en balcones o venta– nas, aunque sean amigas de intimidad. Cuando al saludar a una persona de nuestra amistad estuviere otra en su compañía, es preciso hacer de manera que el saludo incluya a ambas.

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