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- 31 - Jesucristo causa una felicidad de espíritu en virtud del cual se accede siempre con agrado, pero sin bajeza, a la voluntad y al querer de los demás. Constituiría esto la felicidad del mundo si todos pudiéramos poseerlo. Con razón dijo Jesús, el adorable Maestro: « Bienaventurados los mansos de corazón» ... La dulzura- que pudo llamarse «embleina de la " bondad», es la celeste transparencia de uria caridad inspirada y educada en el Corazón de Jesucristo. Casi puede establecerse por regla general, dice el Abate Sylválin, que si no se nos ama es porque no sabernos hacernos amar. El medio principal para hacerse amar es ser dulce, es cultivar estas rosas del amor. Los corazones mansos roseerán la tierra: Nada más fácil que una bondad y dulzura de algunas horas, con los propios o extraños que nos adulan o nos agradan. Nada más difícil que guardar esa fórmula sagra– da actualmente en todas las latitudes y con todas las perrnnas... Sin embargo .nada más divino y edi– ficante. fata caridad educada en la escuela· de la dulzura de Cristo dPbe mostrarse, sobre todo, cuando uno se ve obligado a contradecir. t.l medio más seguro de tener siempre razón es el ser siempre amable. También debe mostrarse la misma cualid3.d cuand() nos vemos obligados a dar una negativa.

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