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- 20- nos ofendieron con un gesto, con una palabrita, y ¿dónde estaban nuestros propósitos? Todos los movimientos morbosos del cuerpo social religioso son originados por el amor pro– pio ... ¿Por qué fué tan atento San Francisco de Sales? Porque había muerto el amor propio con el amor de Dios. « Una sola fibra del corazón que por Dios no fuese, la arrancaría de él;,, decía. (lJ Por eso fué todo dulzura y atención. Todo lo hacía por Dios, nada por sí, y así era tan delicado hasta en las más pequeñas e insignificantes cosas. ¿Qué se necesita para lasti:mar un alma deli– cada? Una pequeñez. ¿Qué se necesita para manchar un magnífico traje? Una pequeñez. ¿Qué se necesita para que, débiles como somos, caigamos? Una pequeñez. Y para turbar tu corazón ¿qué se necesita? Una pequeñez. Y para hacerte dichoso, corazón mío, ¿qué ne– cesitas? Una pequeñez. Esos buenos días que con gracia y diligencia dais por la mañana; (1) ToC:o el mucéo sabe que ~an FraI1CifCO de Sales era de condición i:atural, violenta y colérica, rcro Jo que roces saben es, que Ja refo1ma de su índole le costó yeintidos af:os de vigilancia, de cernha1es, de victorias. < A fuerza, dice, de cchumc la cólera a la esrald2, de rerrimir1a y riso– tearla, he logrado, desde que soy pastor, no dirigir ni una sola palabra 11pasionada a mis ovejas. (ABATE SYLVAIN.)
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