BCCCAP00000000000000000000613

- 17 - Viéndonos huérfanos y sin madre espiritual, nos dió a su propia Madre, más amante y tierna que la nuestra carnal. ¿ Con qué abundancia y con qué delicadeza nos trata en los Santos Sacramentos? Nunca nos cierra una puerta, ni nos hace espe– rar, ni nos da un desdén, ni amenaza con rigor, ni reprende con acritud, ni nos niega su favor. Ni nos fuerza a hacer lo que no queremos, ni a tomar lo que no apetecemos, ni a llorar cuando nos alegramos, ni a reir cuando sufrimo~. Dios es atentísimo, condescendentísimo, ama– bilísimo, bonísimo, generosísimo y eternamente agradabilísimo. Al día le da notas de alegría intensa, y a la noche, tintes de: tristeza amable, y acompaña acomodando la náturaleza a las necesidades del hombre. Le da ríos caudaiosos y mares inmensos para que lo atraviese de un polo a otro. _ Le da estaciones variadas para que se recree, campos alfombrados de verdor para que se alegre, y auras de suavidad-para que se refresque. Con ser Dueño de todo nuestro ser, respeta la libertad del hombre de una manera inefable, en todo caso. Por mucho que se le ofenda no quebranta su propósito de respetar el libre albedrío, que ha pues– / to en nosotros como bien aventajadísimo de la na– turaleza,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz