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Hay almas tomadas de hollín como los aceros viejos, porque no saben elevarse a un ejercido de nobleza y generosidad. Hay almas rurales porque no aprendieron jamás o. no practicaron la cultura social religiosa. Las almas selváticas de trato esquivo y huraño deben vivir solas y no formar parte de Comunida– des, a no ser que la virtud domine su temperamento. Aprendamos de Cristo a ser mansos y humildes ~e .corazón. ' Capítulo IV. Abnegación y bondad «L"1 Cruz, dice San Crisóstomo, es la llave del cielo." La cruz de Jesucristo abrió el Paraíso. Entre el cielo y la cruz no hay intervalo; a la cru i sigue inmediatamente el Paraíso. El amor a la cruz endulza nuestras relaciones y unge las costumbres de los religiosos... La Natura– leza divina no ha hecho obra más magnífica en la naturaleza humana que la cruz y ei padecimiento. Agrada a Cristo morar en un alma en que ve reproducidos por una vida de dolores la suavidad y el amor al prójimo, inspiradores de la cultura religiosa. Es imposible llegar a lograr la cultura social religiosa, de que hablamos, sin abnegación.

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