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- 10 - No has de fingir para engañar, que puede darse el caso de ocultar un quebranto o manifestar un obsequio para fines bastardos. Hay gran diferencia entre engañar fingiendo falsos conceptos, y demostrar una cosa, aunque no se sienta, por pura educación. La educación del corazón impone violencias y la educación social reclama atenciones. Engañar es mentir. .. y mentir a sabiendas, y esto es contra toda regla de bien. Disimular es ocultar, y esto es muchas veces una seria necesidad que impone la virtud. El engaño es falta de sinceridad y de verdad. La disimulación es a veces obra de delicadeza y de caridad. La generosidad de espíritu es hermana del sacri– ficio, y ennoblece e! trato y levanta las almas y los cuerpos. La santidad de las formas exteriores general– mente es irradiación de la santidad de las formas interiores. Quien noble y delicadamente piensa, noble y delicadamente sabe obrar. La sola educación exterior o cortesía es seme– jante al empapelado que se hace en las habitacio– nes que oculta las grietas y manchas de las paredes. La amabilidad es a veces la afoctacla mansedum– bre del león ... o pura compasión que se pretende dispensar. Nuestro intento es colocar a las almas religiosas en un plano superior de relaciones mutuas.

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