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5 - La incultura y falta de delicadeza en ei trato, abre heridas muy dolorosas en los corazones bien nacidos. Se necesita a veces todo un caudal de virtudes para ahogar el suspiro hondo y dolorido que hace brotar una falta de grosera desatención. Nunca será buen religioso moralmente, el que descuide, por su culpa, el trato esmerado que se le demanda civilmente. < 1 l Siempre tendrá muchos peros la conducta espi– ritual de corazones mal educados. Es mucho pedir que se viva toifa la vida con personas que no quieren observar las reglas socia– les de buena cultura. ¿ Cómo sabrá reprimir sus pasiones el que no puede arreglar sus acciones? ¿Cómo podrá aspirar a la compañía de los ánge– les quien no sabe vivir en compañía de los hombres? ¿ Cómo podrá gozar del trato íntimo y afable, con Dios quien es incapaz de vivir en trato afable con los siervos de Dios? *** Que el- hábito, pues, no sea sólo un ropaje que encubra y disimule defectos existentes en el hom– bre, sino también una traducción exterior del espí– ritu profundamente religioso. (1) No se traigan a colación las excepcionales vidas de algunos santos solitarios.•• La vocación de solitarios explica el misterio de su vida, ásperamente santa, pero en soledad.
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