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- 137 - Es fácil que las viles pasiones humanas entene– brezcan la mente para no ver la clara luz de lo justo. < 1 > Los limpios de corazón ven a Dios. Los limpios de alma ven la justicia. Respeto al derecho La autoridad justa y educada tiene por honor y como un ejercicio de reyes el respeto a todos los derechos. La justicia es la seguridad de la existencia del derecho. El gobernante ideal debe ser el depositario de las garantías jurídicas. Háse dicho que los súbditos no tienen otro de– recho que el de obedecer. El voto de obediencia condiciona su estado y su situación, pero no suprime ni la persona, ni su naturaleza. Hay derechos natura!es, y otros que le provienen al religiorn de las autorizacionrs ele la Regla, o de las costumbres de la Corpcración. PoJré\n estas LO ~cr un derecho en ext1icto sentido, pero el Su– perior educado y atento no las suprime ni coarta a capricho. < 2 > (1) De ahí nace el espíritu de partido, que es tina linterna sorda que no alumha más que un sendero, dejando un abismo cubierto con su sombra. (2) Discuten los doctores si el Superior puede coart2r o limitar las libertades concedidas por la Regla, etc. Sabido es que muci1os lo niegan en redondo (Ant. Sp. lll, VI; 97) y aun los que lo «firman, notan «caute hac in re procede debere».-Piat. l. Pars. Ill, cap. ll, q. 12.
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