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- 128 - La experiencia y la ciencia son las bases de un prudente rhagisterio. Quien carece de aquellas do3, no se ponga a gobernar a los demás, que destruirá y no edificará. Si a pesar de todo, tuviera que gobernar, supli • que a Cios, humildemente, quiera piadosamente su– plir su insuficiencia. El maestro luz es, y debe ser consejo de los de– más, y el Superior nunca debe rehusar el comu– nicarla. Para eso tiene la Iglesia y la Religión sus pres– cripciones. Es peligrosa autoridad y peligroso magisterio la que se ejercita, negándose a escuchar las adver– tencias que le quieren hacer los súbditos. Muy peor sería el negarse a escuchar a los con– sejeros y asesores, puestos, para ayuda suya, por otra autoridad mayor. (Can. 615.) Hay superiores que en su necia suficiencia creen un estorbo o una rémora la intervención de los consejeros de oficio. Fué puesto en el cargo para molestarse y no para ser honrado solamente. < 1 J Cristo vino a servir y no a ser servido. No tiene razón de ser la superioridnd, quitada la razón de la utilidad pública. (1) Se cceteris prcepositos esse in Dei servitutem et Fratrum suorum Commodum.-Const. o. c. art. 124. Hortamur omnes Prcelatos nostras ut sin! omnium fratrum ministri et servi.-!(l.
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