BCCCAP00000000000000000000613

- 127 - A veces se oye decir: « He dicho yo, basta». «Lo ordeno y se hace». Palabras que revelan más impulsión personal egoísta, que prudencia reli– giosa. No caiga en el feo vicio del egotismo... panegi– rizándose por lo que hizo o hace... « Yo hice esto o aquello». «Por mí se hizo esto o lo otro». Con moderación y a tiempo podría no molestar ni sonar a vanidad, pero teniéndolo por sistema de propaganda personalista, es detestable en un reli– gioso, y máxime en un Superior.. Debe tenerse en cuenta que cada cual tiene su pequeño archivo de títulos, que podría hacer valer quien lo quisiera, y entonces sería la Religión una colección de resonadores egotistas. !'\ a estro El Superior, como maestro, debe adoctrinar e instruir, pero nunca debe pretender que se tengan por inconcusas sus enseñanzas, sentencias y opi– niones. La autoridad es inútil siempre que no sirve más que para eximirnrs de pensar por nosotros mis– mos. No hay más que un solo maestro infalible, y ninguno impecable sobre la tierra. Lejos anda de la prudencia quien carece de esta inteligencia.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz