BCCCAP00000000000000000000613
- 112 - una palabra; la virtud debe iluminar y dar nueva gracia a todo ese conjunto de observaciones... Por eso predicamos aquí la necesidad de la cul– tura inferior, que como queda dicho, abraza las ór– bitas del alma y consiste en guardar tas leyes que tenemos contraídas con Dios y con nuestra profe– sión ... ; en el perfeccionaniiento y progresi,vo avan– ce, en fin, de los métodos espirituales de la vida interior. .. Triste cosa sería, que al vernos por el mundo ocupados en nuestros menesteres, o tratando con gentes por nuestra misión, alguien observando el contraste entre nuestra conducta exterior y la vida interior dijese: « Ved ahí un cortesano, pero el re– ligioso ha muerto,,. La semilla que vive oculta en el seno de la tie– rra, muestra al exterior su tallo florido ... Es el sím– bolo de nuestra cultura y educación. Si la cortesía, es atención constante en no decir ni hacer más que aquello que pueda ser agradable a los demás ... tened ese mismo cuidado en lo que atañe a Dios. Si es, el legítimo deseo de complacer a todo el mundo, sea primero el deseo de complacer a Dios. Si su objeto es mantener atentas relaciones con los prójimos, mantengamos, ante todo, esa cor– tesía con nuestro Señor. Si el afecto constituye la dicha de estas relacio– nes, entreguémonos principalmente a la unión afec– tuosa con Dios.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz