BCCCAP00000000000000000000612

'96 POR QUÉ PADECES En la casa en que haces ·llorar, has de llorar_ tu tam– bién. Y tú, ancianito mio, siempre venerable y amable, :Siempre, a pesar de tus defectos, anima tu espíritu y ,levanta tu corazón en.alas de la fe y de la esperanza. Ese comportamiento injusto de tu familia encierra pa– ira ti una enseñanza preciosa. Cien veces has oido de– cir, y has dicho tú mismo que todo es vanidad, y aho– lt'a lo ves por experiencia. Porque lo más allegado que tenías en este mundo, .que son los tuy.os, y tu mismo cuerpo, te están faltan- do ya. . Pero te queda una cosa, que es la principal, lo que les queda a las aves cuando les rompen la jaula, las alas para volar y remontarse por los espacios. Eso te ,queda a tí, el alma libre y desembaraz1 ;1.da para comuni– carte con Dios desde cualquier ángulo de tu casa. ¿Qué te importa quete_ desprecien los tuyos, que ni te han de juzgar ni te pueden premiar, si el verdadero .tut¡o, que es Dios, está contigo, contando tus penas pata re~ompensarlas dentro de poco? Tu vida es ahora una puesta de sol; pero toda ·puesta de sol es al mismo tiempo una aurora para otra · • parte del mundo, Tu debilidad, hermano mío, y tu decadencia son, .en realidad, un progreso, un progreso hacia Dios, del

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz