BCCCAP00000000000000000000612

84 POR QUÉ PADECES XIII Se han extraviado mis hijos ¡Se han extraviado! Es decir, se han apartado del verdadero camino, y tal vez tú has perdido ya la espe– ranza de que vuelvan.a él. Si no fuera así, si la obra de su educación estuvie– se para empezar, yo aprovecharía E!sta ocasión para re• cordarte esas máximas fundamentales de formación es– piritual, que tantos padres necesitan oir y poner en prádica: <No dejes pasar el tiempo, te diría; emP,ieza euse– guida a ejercer esa labor con tus pequeños, antes que la cera se te endurezca entre las manos y se te haga imposible el manejarla. «Que sea la base insustituible de la· educación de tus hijas, la idea religiosa y católica. «Predicales con el ejemplo, enseñándoles la virtud, siendo tú virtuoso, y mostrándoles el camino de la Igle– sia, no con la mano, sino con los pies, yendo tú delan• te de ellos. «No seas excesivamente blando al tratarlos, que

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz