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6 POR QUÉ PADECES dicen ellos, todo hijo de Adán tiene derecho a un cu– bierto, y tal vez tú no lo tienes; pero en cambio, tienes cosas que valen mucho más. En primer lugar, tu pobreza te proporciona grandes facilidades para conseguir la salvación de tu alma, que es lo único necesario, como dijo Jesucristo. Dios ha mostrado gran predilección por tí y te ha cerrado las principales vías por donde podrías extra– viarte. Cuando una madre sale de casa C:ejando en ella so– los a sus pequeñuelos, cierra con cuidado la puerta y se lleva la llave, para que los hijos de su corazón no salgan, en s.u ausencia, a la calle y perezcan atropella• dos por algún automóvil o por alguna caballería. Asi está segura de encontrarlos sanos y salvos al volver. Una cosa parecida ha hecho el Señor contigo, al en– cerrarte dentro del círculo estrecho de tu pobreza. Es que te ama de un modo especial y tiene singular empeño en no perderte. Para que no se disipe tu mente con pensamientos pecaminosos, la obliga a pensar casi constantemente en procurar los medios necesarios para tu subsistencia y– la de tu familia. Para que no te corro~pas en la ociosidad, como se corrompe el agua estancada, te fuerza a estar contí– nuamente ocupado. Para que no te hagas soberbio, te obliga a estar mi– rando habitualmente el espectáculo de tu escasez y mi-

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